Fernando Valverde es una de las nuevas voces
más destacadas de la poesía española. Ha publicado varios libros en diferentes
países y compagina su labor como poeta con su trabajo de periodista en el
diario El País. Su poesía destaca por
la búsqueda de las emociones y el interiorismo que despierta en sus lectores.
Sus obras principales son: Viento de
levante (2000; Premio de Poesía Villa de Peligros), La desnudez (2002, accésit del Premio Hispanoamericano de Poesía
Juan Ramón Jiménez), Madrugadas (2003),
Razones para huir de una ciudad con frío
(2004, accésit Premio Fray Luis de León), La soledad del extranjero (2005, Premio Federico García Lorca),
Ragioni (2005), El mar y la lluvia
(2006), Los ojos del Pelícano (2010,
Premio de Poesía Emilio Alarcos Llorach), , No
vuelvas a decir que es imposible (2011).
Además es director y fundador del Festival Internacional
de Poesía de Granada. Actualmente está a la espera de acabar un nuevo libro y
el pasado 2012 ganó el Premio del Tren 2012 “Antonio Machado” de Poesía con el
poema “Celia o el viaje del mundo”.
Después de conocernos por Twitter, Valverde ha
tenido la gentileza de concedernos una entrevista.
1- ¿Podría hablarnos de sus inicios como
escritor? ¿Qué recuerda de esos años previos a su primer libro?
Empecé a escribir gracias a mi abuela. Ella
me aficionó a la lectura. En su biblioteca comencé a leer algunos clásicos y
comencé a imitar algunas de las cosas que leía. Creo que todo el mundo aprende
a escribir así, leyendo, y empieza de la misma manera, imitando a quienes
admira.
2- ¿Qué significa para usted escribir?
Para mí es algo que me mantiene alerta en el
mundo, que es el miedo pero también el salvavidas durante un naufragio. La
escritura me ha ayudado de muchas maneras, pero sobre todo me ha ayudado a
conocerme a mí mismo y a conocer las cosas que me rodean. Creo que la
literatura está tan íntimamente ligada a mi vida que casi significa todo.
3- ¿Cómo
cree que influye en su creación poética su labor periodística?
Creo que ha sucedido más al revés, que el
poeta se ha colado más veces en el periodista. Mi poesía desde el principio
está muy apegada a la realidad, siempre he sentido la necesidad de comunicar,
así que de alguna forma he tratado de hacer lo mismo con dos códigos distintos.
Pero claro, la diferencia en el código es algo a tener muy en cuenta, a demás
de la libertad para poder elegir lo que uno escriba. Sólo en la poesía me
siento libre, he ido desencantándome del periodismo y de sus ecuaciones de
mercado y de filias políticas.
4- ¿Qué
autores y libros recomendaría para que alguien se aficionase a la literatura?
Los primeros que leí, porque para mí han
sido un buen camino, una buena puerta de entrada. Puede suceder que para otro
no lo sean, pero no puedo evitar recomendar a Neruda, a Bécquer, a Machado, a
Ángel González, a Jaime Gil de Biedma o a Luis García Montero.
5- Sabemos
que es el único escritor que con menos de 30 años ha publicado dos libros en la
prestigiosa editorial Visor a través de dos premios importantes, ¿qué
sintió al recibir ambas noticias y cómo se siente actualmente ante esta
singular condición?
Es una anécdota. No creo que quiera decir
gran cosa. He tenido la suerte de tener la confianza de la mayor editorial de
poesía en español. Siempre quise publicar en Visor y saber que mis libros va a
seguir siendo publicados bajo este sello me da una gran tranquilidad, puedo
olvidarme de todo lo relacionado con la política editorial, que no es poco.
6- Sabiendo
que usted es un gran aficionado a viajar, ¿cuál ha sido el lugar que más le ha
influido y a partir de cuál ha conseguido crear alguno de sus mejores poemas?
Posiblemente Bosnia. El paisaje de Bosnia
pocos años después de la guerra me sobrecogió. Visitar Sarajevo en plena
reconstrucción o Srebrenica durante la entrega de cadáveres a las madres fue
algo muy especial. Tal vez no haya escrito ninguno de mis mejores poemas sobre
ello pero va conmigo.
7- Se
sabe que es un gran aficionado al fútbol y en especial al Granada C.F. ¿Como
vivió el ascenso a primera del club?
El Granada CF es la mitad de mi vida. La
otra mitad es la poesía. El ascenso a primera fue algo maravilloso, pero
todavía fue más especial el ascenso de Segunda B a Segunda, porque era el sueño
incumplido de mi infancia, la ilusión por la que cada domingo acudía al campo
con mi abuelo. Cuando el Granada ascendió sentí una gran alegría pero también
una profunda tristeza porque él no podía ya vivir eso conmigo. Tal vez nunca
somos felices del todo. Del fútbol he aprendido muchas cosas, ha sido una gran
lección de vida.
8- En
su último libro, Los ojos del pelícano se habla sobre la
ceguera, agonía y muerte del animal. ¿Cuál es el simbolismo que tiene esta
imagen?
Vi cómo cazan los pelícanos de San Juan del
Sur en el océano Pacífico de Nicaragua. Me pareció un prodigio de la naturaleza
su precisión milimétrica. Un pescador me contó que bajo ese prodigio se
escondía una gran tragedia. Muchos pelícanos, de tanto golpear sus ojos contra
el agua, mueren ciegos perdidos en el horizonte. Pensé que me podía ser como
metáfora de cómo los sueños de la gente corriente se quiebran y se apagan de
tanto estrellarse contra la realidad.
9- ¿Podría
hablarnos de sus nuevos proyectos poéticos?
Estoy tratando de terminar un libro que
comienza con un nacimiento, el de Celia, y concluye con el desorden del mundo.
Comienza con una gran luminosidad y se va oscureciendo, conforme se van
teniendo las certezas del dolor, de la muerte o del miedo. Estoy buscando
título, tal vez se llame Si todavía existe el mar, pero quizá sea pronto para
saberlo.
10- Nos hemos
conocido a través de Twitter. ¿Qué opina sobre las redes sociales? ¿Cómo cree
que pueden influir en la literatura?
Yo casi me he sentido en la obligación. Mi
amiga Raquel Lanseros me convenció de que tenía que abrirme una cuenta en
twitter y en facebook. Apenas llevo unos meses ahí. Creo que es importante
porque puedo estar en contacto con otra gente que comparte intereses. Además,
ahora disfruto de ese aluvión de información que a mí me parece algo
prodigioso. No sé cómo puede influir en la literatura. Influirá en el negocio
literario, como en todos, pero en la literatura en sí no creo que demasiado. El
lenguaje se va adaptando a sus espacios como siempre lo ha hecho. El espacio de
la literatura es universal y no va a cambiar ahora.
Muchas gracias Fernando por la
entrevista.
Alberto del Río y Ana Blanco.
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