miércoles, 25 de junio de 2008

AGRADECIMIENTO A COMPAÑEROS/AS

AGRADECIMIENTO A COMPAÑEROS


Mis queridos compañeros y compañeras, gracias por vuestra preocupación en la organización de este acto.

No quiero hacer más larga esta reunión, pero como decía mi abuela, hablar no es siempre necesario, pero contestar sí, por eso quiero mostrar mi reconocimiento a todos y todas por haber tenido la paciencia de soportarme estos diez últimos años, que por razón de edad y carácter, reconozco que no es del todo fácil.

También agradeceros a todos los que estabais cuando llegamos, por el recibimiento de amistad y respeto que nos dispensasteis a todos los Maestros cuando nos incorporamos al Instituto.

Comencé mi trabajo como Maestro en el curso 1966-67 en el colegio salesiano de Pozoblanco, y la Profesión fue envolviéndome poco a poco, hasta llegar aun compromiso serio con la misma. Curiosidades de estos años…..muchas.
Las primeras excursiones, con niños que a los catorce años no habían salido de sus pueblos. Aquellas caras de asombro y felicidad cuando el autobús se alejaba de sus casas, y más cuando veían por primera vez el mar y daban un paseo en barco hasta mar abierto.


Aunque todos sabemos de la ingratitud de la profesión, tenemos algunas compensaciones morales que nos ayudan a continuar con renovado entusiasmo. Son las que vienen de algunos de nuestros alumnos y ex alumnos. Un saludo por la calle, una conversación después de años sin vernos o una confesión espontánea como en abril del año pasado: Se acercó a mí en Córdoba un antiguo alumno con casi cincuenta años, y tras saludarme, me dijo: “No te lo había dicho antes, pero soy maestro gracias a ti, me interesé por la profesión gracias a tus clases”.

También recuerdo el curso en que dejamos de pasar más hambre que un maestro de escuela (1972-73), la gran subida del sueldo. Se compraron coches y pisos por doquier.

Mis disculpas sinceras y públicas a todo aquel y aquella al que haya ofendido y no me haya dado cuenta, pues si fui consciente de ello creo que ya lo hice personalmente

Han sido diez años en los que he tenido absoluta libertad para enseñar y manifestarme, dentro de las reglas establecidas, en los que no se me ha impuesto más allá de la consabida y mal llevada burocracia.

Gracias también por el regalo que acabáis de entregarme, que es precisamente lo que esperaba, pues siempre fui entusiasta de las estilográficas y su escritura.

Os deseo a todos y a todas que cuando menos, disfrutéis con vuestra profesión tanto como yo lo he hecho. Y que tengáis todos y todas la suerte de recibir el cariño de vuestros compañeros y compañeras cuando os llegue el momento de jubilaros.

Un fuerte y sincero abrazo de vuestro amigo y compañero.

PEDRO CEREZO SE NOS JUBILA: ¡ENHORABUENA!






Hace ahora cuarenta años, el 1 de julio de 1968, aparecía en el número 30 del Boletín Informativo Municipal Pozoblanco, dentro de la sección de noticias locales, un suelto titulado Nuevos Maestros que literalmente decía lo siguiente: En las oposiciones celebradas en Córdoba para ingreso en el Magisterio Nacional, han obtenido plaza nuestros paisanos: Señoritas Isabel Ballesteros Olmo, Consuelo González Peralbo, María Redondo Fernández y Ana Rosalía Mateo Ruiz; don Pedro Cerezo López, don Antonio Muñoz Rodríguez y don Miguel Arroyo López. Felicitamos a los nuevos Maestros de 1ª Enseñanza, así como a sus padres, por el éxito obtenido. De todos aquellos protagonistas uno sólo ha tenido el detalle de echarnos una mano en esta casa.
El IES al que pertenecemos, el Antonio Mª Calero de Pozoblanco, es un centro educativo relativamente nuevo y su profesorado ha sido tradicionalmente bastante joven. Por ello no es frecuente que asistamos en él a actos de jubilación. De hecho, en los veinte y cuatro años que llevo desempeñando la labor de profesor en él, que son los mismos que cuenta el edificio, solamente se ha producido esta situación en dos ocasiones anteriores y fueron hace ya mucho tiempo: las protagonizaron don Juan Caballero Romero, sacerdote y profesor de religión, y don Francisco Gregorio Pla Jurado, profesor que impartía clases en la rama administrativa de Formación Profesional.
Ahora le toca el turno a don Pedro Cerezo López. Todos sabemos quién es, pero muchos de los presentes desconocerán, por juventud o por procedencia geográfica distinta, su trayectoria como profesional de la educación.
Y lo primero que deseo destacar es que en Pedro la dedicación a la enseñanza no es algo personal y aislado de su entorno. Todo lo contrario. Pertenece a una familia volcada en este oficio, no en vano una hermana y un hermano de Pedro han seguido sus pasos y hoy lo ejercen con toda satisfacción. Si añadimos que su esposa y cuñados también forman parte de esta profesión creo que queda claro el enorme compromiso de servicio adquirido por su familia con la sociedad.
Nacido el 18 de febrero de 1948, el primer contacto con un centro educativo oficial se produjo el curso 1953-54 cuando ingresó en la escuela nacional unitaria de niños de la calle Santa Ana de Pozoblanco, regentada por don Manuel Luna Rivera. De aquí pasa al Colegio Salesiano donde cursó ingreso e inicia los estudios de Bachillerato que culmina en 1963 en la modalidad de Bachillerato Superior de Ciencias. Inmediatamente, empieza el Magisterio como alumno libre en la Escuela Normal de Córdoba, compaginando los estudios con la colaboración laboral en la empresa familiar.
Corría el curso de 1966/67 cuando comenzó la labor de maestro en su ya conocido Colegio Salesiano. Durante la estancia en él, obtuvo en mayo de 1968 la acreditación oficial de maestro tras aprobar las oposiciones al Magisterio Nacional. Junto a otros compañeros puso en marcha al curso siguiente 1968/69 el patronato San Francisco de Sales, auténtico vivero de excelentes profesionales de la educación.
Su primer empleo como propietario provisional se produce en el curso 1969/70, cuando es destinado a un colegio de Lucena que, como no podía ser de otro modo, se llamaba Nuestra Señora de Araceli. El destino definitivo, que se produce al siguiente año, le lleva a una escuela rural en Priego de Córdoba, la Escuela Unitaria Mixta de La Poyata –vaya nombre-.
Como todo profesional, Pedro deseaba mejorar de asiento, y como buen tarugo intentó aproximarse lo más posible al terruño. Mediante concurso de traslados consiguió ambas cosas, obteniendo plaza en el Colegio Público Concepción Arenal de Pedroche para el curso 1971/72 y allí permanecerá durante el más prolongado periodo de su vida profesional, quince cursos consecutivos, aportando su capacidad de trabajo, acumulando más y más experiencia y consiguiendo los mejores frutos.
Obtuvo finalmente destino en Pozoblanco para el curso 1986/87, en el Colegio Público Virgen de Luna, en el que permanecerá sólo dos años, pues, debido a intereses personales, decide, mediante concursillo, ocupar plaza en el Colegio Público Manuel Cano Damián de nuestra población, hasta que una de las múltiples modificaciones que estaba y está afectando a los planes de Estudio le adscribe a la entonces nueva Educación Secundaria Obligatoria, lo que le supone el regreso al Colegio Público Virgen de Luna. Desde él pasará, en 1998, al que será su último y definitivo centro (a no ser que se arrepienta todavía, que no creemos), el IES Antonio María Calero donde ha venido impartiendo, magistralmente por supuesto, clases de Matemáticas y Ciencias Naturales.
Como todo el mundo comprenderá, Pedro ha realizado en su prolongada vida docente infinidad de cursos, seminarios, reuniones, viajes, puestas en común, ponencias y todas las actividades imaginables relacionadas con esta profesión, de las que, salvo excepciones, suele hablar bien; y recuerda de ellas, con especial cariño, el intercambio de ideas conseguido y la convivencia con numerosos compañeros.
Conozco a don Pedro desde que tengo uso de razón (alguno estará pensando que entonces no lo conozco de nada) y trabajo junto a él desde hace aproximadamente una década. Recuerdo todavía perfectamente el curso en que llegó a este centro en compañía de otros cuantos maestros, algunos de los cuales están igualmente aquí presentes. Pese a su experiencia, constituyó sin duda un verdadero reto: sin apenas referencia alguna tuvieron que cambiar de nivel, de colegio y de compañeros e involucrarse en un centro tan peculiar como el IES Antonio Mª Calero. Como cabía esperar, Pedro se adaptó rápidamente a la nueva situación y nadie podrá objetar que haya dejado de cumplir su tarea con total satisfacción y responsabilidad.
Conozco a don Pedro desde el 2002, año en que llegué con destino definitivo a nuestro centro. Tuve la suerte de dar clase en un curso, 1º B, del que él era tutor – y que curiosamente, algunas de sus magníficas alumnas acaban de poner punto y final a su estancia en nuestro centro -. De él aprendí el trato con unos niños tan pequeños. Siempre se mostró receptivo ante las dudas e inquietudes de un joven con sólo dos cursos de trabajo a sus espaldas. Siempre ha estado dispuesto a ayudar cuando se le ha necesitado y siempre ha tenido palabras de cariño hacia mí, lo que me llena de orgullo y satisfacción.
Experto en casi todo, como corresponde a una persona perspicaz e involucrada en el deseo permanente de aprender, Pedro pertenece a una generación de maestros – y quiero recalcar esta hermosa palabra tan denostada por unos burócratas preocupados en hacernos simples funcionarios o, mejor dicho, funcionarios simples- que ha tenido como objetivo fundamental de su labor el de enseñar todo lo que previamente ha aprendido y experimentado, que es mucho. Y lo ha hecho con generosidad y total disposición, día a día, curso tras curso, sin dejar que le obstaculizaran en ese propósito las numerosas modificaciones normativas, algunas de ellas verdaderamente esperpénticas, que se han venido introduciendo especialmente en los últimos años.
Ha vivido la enseñanza intensamente y desde todos los ángulos posibles: primero como alumno, luego como profesor provisional, aspirante opositor, profesor en prácticas, consorte de maestra y maestro consorte, padre de alumnos, tutor docente, cargo directivo… y sobretodo como maestro conocido y reconocido.
En su dilatada trayectoria ha trabajado y convivido con cientos de compañeros y con miles de chicos y chicas a quienes ha inculcado la necesidad y la bondad de aprender y que hoy representan su mejor herencia.
A regañadientes, también ha tenido que soportar a algunos colegas, a muchos padres de alumnos de los que nadie tiene dudas sobre su legítima paternidad, y a unos cuantos infelices acreditados para entorpecer la noble labor docente. En alguna ocasión también ha sido obligado a comulgar con ruedas de molino, pero todo el mundo sabe que Pedro es de los que las mastican pero no se las tragan.
Y a pesar de los pesares, ha sobrevivido a más de cuatro décadas de profesión que, más que todo un éxito, resulta un auténtico milagro.
Creemos que aún no hemos sabido calibrar la importancia que han tenido y tienen maestros y maestras como Pedro, como Paco, Bárbara y Conchita, para el funcionamiento docente de este Instituto. Son ellos los que nos han enseñado con su ejemplo y experiencia cómo adaptarnos a eso que llaman… ESO. El día que todos ellos decidan abandonarnos, nos vamos a quedar un poco huérfanos.
No tenemos la menor duda de que Pedro es ahora un hombre feliz, porque ha cumplido con creces la misión que voluntariamente decidió desempeñar hace ya mucho tiempo y porque le llega el momento de la jubilación en unas condiciones personales, familiares y materiales que todos firmaríamos; si lo miramos desde el punto de vista del ejercicio de la profesión, tampoco le ha podido llegar el adiós en un tiempo más oportuno que éste.
Pero sabemos igualmente que, de vez en cuando, aunque lo niegue con la boca chica y reniegue como habitualmente lo hace de la profesión y del sursuncorda si se tercia, Pedro echará de menos la actividad docente que durante muchos años le ha permitido disfrutar de tantos buenos ratos y agradables compañías. Ha sido su vida y su simiente. Su pasado y su legado.
También sabemos que Pedro mirará hacia adelante y afrontará con nervios e ilusión la nueva etapa que se abre ahora para él y en la que debe culminar sus mayores éxitos y sus mayores satisfacciones. Pedro pone punto y aparte a su estancia en nuestro centro – y digo bien, porque siempre estará con nosotros y siempre será parte del “Antonio Mª Calero”-; un punto y aparte dibujado con la solemnidad del que intenta averiguar la textura de la lluvia – que últimamente anda bastante escasa-, recogerla con las manos y beberla despacio junto a los seres queridos. Decimos punto y aparte porque, aunque deje entre nosotros una silla vacía, siempre quedará un hueco en el perchero donde colgar los momentos vividos a su lado.
Cuarenta años después de aquella noticia que nos informaba de los primeros pasos en la profesión del joven maestro titulado, podemos apropiarnos de las mismas palabras y, con todo merecimiento, repetir la felicitación a don Pedro Cerezo López por el éxito obtenido, en esta ocasión por una dilatada trayectoria docente que culmina hoy venturosamente. Felicidades, Pedro.


JOSÉ LUIS GONZÁLEZ PERALBO
FRANCISCO ONIEVA RAMÍREZ

martes, 24 de junio de 2008

HOY SE ENTREGAN LOS PREMIOS DE POESÍA I.E.S. ANTONIO Mª CALERO














Hoy, a las 13:30 se han entregado en el Ayuntamiento de Pozoblanco los premios a los ganadores del II Premio de Poesía I.E.S. Antonio Mª Calero. El acto contó con la presencia del Excmo. Sr. Alcalde de Pozoblanco, D. Benito García, del Concejal de Cultura, D. Serafín Pedraza, y del director del IES, D. Blas Torres Garuti. Se entregaron los premios a, entre los mayores de 16 años, Bartolomé Antonio Cazorla Arévalo, Beatriz Olmo Lopera, África García Villén y Rosana González Moreno, y, entre los menores de 16, a Beatriz Conde Aláez, Esperanza Jurado Galán, Antonio Jesús Dueñas Galán y Rosa Cortés González.

¡Enhorabuena a todos y a todas!

viernes, 13 de junio de 2008

SAN ANTONIO Y SANTA MARTA



Ayer, a las 21:30 horas, en la sede de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico "Piedra y Cal", tuvo lugar una conferencia a cargo de nuestro compañero de Historia José Luis González Peralbo y del arquitecto José Luis Amor Trucios. El primero disertó con su agudo sentido del humor y su habitual rigor sobre las diversas ermitas de la localidad para, a continuación, centrarse en la de San Antonio y Santa Marta; el segundo, sobre la ley de "Catalogación del Patrimonio" para, después, aterrizar en lo que debería ser una futura actuación en la ermita de San Antonio.
Un acto necesario y que pretende concienciar a todos sobre la necesidad de una actuación urgente en la ermita más antigua de la localidad, que roza el olvido y se convierte en lugar de reunión de vándalos que atentan, sin ningún tipo de pudor, contra nuestro patrimonio, y que dejan, para vergüenza de todos, su firma en los blancos muros de cal de la ermita, donde se funden incomprensiblemente el silencio centeario de la argamasa y la cal con la textura del "spray" de colores.
Reflexión: se echó en falta la presencia de algunas de las Autoridades con competencias en el asunto.

http://http://www.alagloria.es/
http://solienses.blogspot.com/2008/06/para-que-no-se-olvide.html

miércoles, 11 de junio de 2008

Última función


Aunque es abusar un poco de este espacio, y antes de que el tedio vacacional aparezca y las fuerzas se relajen, quiero dirigirme a aquell@s a los que imparto clase, pues creo que no sería justo que sólo me despidiera de los almunos y las alumnas de 2º de Bachillerato.

En primer lugar, gracias por soportarme, día a día, mañana a mañana, recreo a recreo, examen tras examen... Ha sido un curso genial, y sólo os pido que sigáis como hasta ahora, estudiando, atendiendo y respetando a vuestros profesores e intentado ser cada día mejores personas.

Mis alumnos de 2ºESO, buen grupo, aunque algo inquieto. Espero que todos lleguen en un futuro a ser ejemplos de estudiantes, a madurar en sus actitudes y a conservar siempre ese trazo de "buena gente" que poseen.

En tercero hay un pequeña familia, heterogénea desde luego, pero entrañable. Desde los que aman la pereza y el folio en blanco hasta los angustiados por el estudio diario,responsables y estudiosos. Sé que todos ellos, algún día, serán algo en esta vida. Conservad, por favor,la constancia y la dedicación que os he intentado transmitir...Gracias por "las agendas", por los análisis, por nuestros concursos de verbos, por las lecturas interminables y por esas odiosas listas de ejercicios.El mejor de los versos es para vosotros.


Llego por último a cuarto, y si se me permite, hablaré en femenino, pues es claro territorio dominado por chicas.No sé si habrán aprendido mucho o poco, si habrá servido para algo tantos comentarios y ejercicios, pero ojalá haya conseguido contagiarles un ápice de la pasión que siento por las letras. Gente parlanchina, inquieta, respondona y activa, pero sin duda inolvidables. En mi memoria estarán siempre nuestras lecturas en voz alta, las risas escandalosas, esos dulces por mi supuesta "hipoglucemia", las charlas en los pasillos, las lágrimas vertidas, los poemas recitados, y tantos y tantos momentos irrecuperables. Para todas ellas un deseo:


"Guarda niña, un gentil pensamiento, al que un día te quiso contar un cuento"

Por último, a todos mis compañer@s, y en especial a los de mi departamento, un sencillo y cálido GRACIAS.
Rafael Romero Sánchez

Hasta siempre



Pozoblanco, 29 de mayo de 2008

Buenas noches,

(Claustro de profesores, equipo directivo, alumnado, familiares aquí presentes…)

En primer lugar, me vais a permitir felicitar a Nieves y a Angélica por las deliciosas palabras que han tenido para todos nosotros. También quiero deciros que es un auténtico placer para mí que se me haya otorgado el privilegio de representar a mis compañeros/as en esta ocasión tan especial.

Hoy es día de despedidas y no sólo la vuestra, sino también la mía. Llegué a este pueblo para estar 15 días y este es mi tercer año y, por ello, antes que nada, quiero agradecer a toda la comunidad educativa el trato recibido, la atención y el compañerismo. Os puedo asegurar que, donde quiera que vaya, llevaré siempre conmigo un trocito de este pueblo y de todos vosotros.

Termina 2º bachillerato. El camino hasta aquí ha sido largo y difícil, y son muchas las cosas que hemos compartido. Hemos vivido con vosotros una de las etapas más importantes de vuestras vidas y que acaba aquí.

Comienza un nuevo ciclo: universidad, trabajo, nuevas amistades, nuevos retos, experiencias… lo que viene no va a ser fácil, pero recordad que siempre tendréis junto a vosotros a vuestra familia y a vuestro pueblo.

En nombre de todos mis compañeros/as, quiero pediros que mantengáis los valores y principios que habéis aprendido en el instituto; constancia, tenacidad, educación, y, por favor, creed siempre en vosotros mismos, y no olvidad que este claustro siempre estará aquí para lo que necesitéis.

Llega el final. El telón está a punto de caer. Última función. Cuando me dispuse a cerrar este discurso, varias ideas se agolpaban en mi cabeza. ¿Cómo puedo despedir a mis alumnos?, pensé. Tras algunas horas retando a Morfeo y tras varios folios mancillados por mi torpe caligrafía, decidí varias cosas.

La primera es pediros disculpas. Pienso que la principal virtud de un docente debe ser la humildad, y, por lo tanto, debemos pedir excusas por los errores cometidos, por esas respuestas desafortunadas, por los agobios a los que os hemos sometido, por esas difíciles traducciones que se os mandaron hacer o por los análisis o balances imposibles. Todo ello, no dudadlo ni un segundo, lo hicimos con la mejor de las intenciones.

La segunda de mis decisiones es daros las gracias. Gracias por estar ahí, por el día a día, por los magníficos momentos de trabajo en el aula, por los divertidos comentarios, por los ratos de patio entre bocadillos y golosinas, por los debates, por las discusiones, por la confianza mostrada. En definitiva, gracias por todo.

Sois excelentes, y, para terminar, y a título personal, querría obsequiaros con un regalo. Ojalá pudiera ofreceros un desorden de estrellas imprudentes, como diría Huidobro. También pensé en unos bellos versos, o en unas dulces palabras salpicadas de nostalgia, o quizás algún que otro cuento, aderezado con sabias moralejas orientales…

Lo que sí me gustaría es que, durante unos segundos, echéis la vista atrás. Recordad vuestro paso por este instituto, pensad en ese momento tan especial, en esa tierna mirada que os cautivó, en esa sonora risa que se os grabó, en ese suave beso que os estremeció, o en aquel abrazo infinito que necesitabais… Retened todo eso, hacedlo vuestro, abrazadlo…nadie, nunca, jamás, os lo podrá quitar. Ese es mi regalo:

Un bonito recuerdo con sabor a eternidad

Hasta aquí, damas y caballeros, todo lo que han oído y visto, y que este humilde profesor de lengua, ha dicho.


Muchas gracias, y buena suerte.


Rafael Romero Sánchez