En el recién terminado año 2012 se han cumplido cincuenta
años de la muerte de Hermann Hesse, que nació en Calw (Alemania) el 2 de Julio
de 1877. Con motivo de este aniversario se han celebrado muchos actos, entre
ellos se pintaron murales con algunas de las frases más recordadas que aparecen
en sus libros, como “la belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien
puede amarla y adorarla” o “Lo blando es
más fuerte que lo duro; el agua es más
fuerte que la roca, el amor es más fuerte a la violencia”.
Fue escritor, poeta, novelista y pintor suizo. Falleció el 9
de agosto de 1962 en Montagnola (Suiza). Su última obra, El Juego de abalorios (1943),
con 140 millones de ejemplares
vendidos en todo el mundo, de los cuales solo una sexta parte corresponde a las
ediciones en alemán, se convirtió en un auténtico “best-seller”.
A mediados de la década del 20 el escritor adoptó la nacionalidad suiza y se instaló en Montagnola, donde nacieron sus obras más celebres y donde recibió la noticia en 1946 de la concesión del Premio Nobel de Literatura.
Es el autor de lengua alemana más leído en el mundo hoy junto a Thomas Mann y Stefan Zweig y uno de los dos únicos autores suizos galardonados de Nobel junto a Carl Spitteler.
Pese a haber recibido este reconocimiento mundial y a vivir sus últimas cuatro décadas de su vida en Tesino (sur de suiza), en donde escribió El lobo estepario, Siddhartha, Narciso y Goldmundo y El juego de los abalorios, los helvéticos viven este aniversario con cierta distancia de un autor que ven como alemán.
No fue hasta unas semanas antes de su muerte y quince años después de recibir el Nobel de Literatura por su obra El lobo estepario (que no acudió a recoger) cuando Hesse recibió el reconocimiento de “ciudadano de honor”.
Su obra El lobo estepario es una especie de autobiografía que demuestra la soledad desesperante de un protagonista tan inseguro y temeroso, como soñador. Un hombre sin hogar ni salud emprende un camino por el increíble Teatro Mágico.
Pero su gran éxito literario fue después de su muerte, ya que sus obras pasaron a ser un fenómeno mundial a raíz de la guerra de Vietnam, cuando los movimientos pacifistas reivindicaron sus trabajos y sus libros se convirtieron en símbolos del Flower Power (el Poder de la flor) con su mezcla de pacifismo, filosofía asiática y desorientación existencial.
(Ana Ballesteros y Karla Salazar)
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