martes, 9 de diciembre de 2014

Entrevista a Pilar Muñoz Álamo





P.- ¿Quién es Pilar Muñoz Álamo?
R.- Pilar Muñoz es una trabajadora y madre de familia, funcionaria de profesión y psicóloga de formación que ha encontrado en la escritura una pasión, y en la literatura de ficción un medio precioso a través del que canalizar y transmitir multitud de reflexiones en torno a la sociedad que nos ha tocado vivir, a nuestra vida cotidiana y a quienes se enfrentan a ella a diario.

P.- ¿Desde cuándo decidió escribir y por qué?
R.- No tengo conciencia de que escribir fuera una decisión, tal vez porque lo vengo haciendo desde pequeña, con aquellos primeros cuentos infantiles a los que siguieron poemas de adolescencia, historias de juventud y reflexiones personales que jugaban con la filosofía, o relatos y novelas para adultos en la actualidad. Sí que es cierto que después de un paréntesis en mi vida en el que apenas escribí nada (dedicada a otros quehaceres personales), retomé la escritura con fuerza al cumplir los cuarenta, alentada por una visión crítica (aunque constructiva) de la sociedad y de quienes viven en ella, sobre todo de la mujer, que quise compartir con los demás de forma lúdica y por qué no, cultural, resaltando e incidiendo en aspectos y situaciones que pasan demasiado desapercibidos cuando deberían cobrar mucha más importancia de la que le damos. Digamos que me propuse sacudir conciencias y opté por hacerlo de una forma preciosa: a través de la literatura.

P.- ¿Planifica la obra antes de escribirla o deja volar la imaginación? Relacionado con esto, ¿en qué se inspira y cuánto tarda en escribir un libro?
R.- Planifico la obra casi por completo, solo dejo volar la imaginación en aspectos secundarios, en esas escenas que solo sirven de soporte al mensaje o a la parte de argumento que quiero transmitir, pero que no son significativas por sí mismas.
Cualquier cosa, persona, suceso o aspecto social que me rodea puede despertar mi inspiración, incluso aquellas reflexiones personales que me han venido acompañando a lo largo del tiempo: una noticia de prensa, una conversación robada en un autobús, la confesión de alguien próximo, o cualquier cuestión de índole psicológica o moral que pueda estar presente en muchos de nosotros de forma rutinaria y que haya provocado que me cuestione sus bases reales, su porqué. A partir de ahí, de esa idea, comienzo a construir la historia de ficción que me servirá para canalizar todo eso, pero sin un tiempo preestablecido, tal vez porque mis obligaciones laborales, personales y familiares no me permiten planificarme un tiempo concreto para dedicarlo a escribir. “Los colores de una vida gris” tardé en escribirla unos cuantos años; sin embargo, “¿A qué llamas tú amor?” me duró solo nueve meses entre las manos.

P.- ¿Cree que el mercado y la demanda son decisivos a la hora de escribir?
R.- No deberían de serlo, pero me temo que sí, que para muchos escritores son decisivos a la hora de elegir el género o la temática en la que centrar sus obras, incluso el desarrollo de la trama y su final. Supongo que la difícil situación por la que atraviesa el mundo editorial tiene mucho que ver en ello. Está claro que hoy en día las editoriales suelen primar el carácter comercial de la obra, por encima de su calidad literaria, buscando la rentabilidad de la inversión que van a hacer publicándolas. Hay novelas que aúnan ambas cosas –lo comercial y lo literario-, pero si esto no sucede, las editoriales –salvo algunas excepciones- suelen decantarse Por una literatura más mediocre si están seguras de que gozarán de la aceptación del público en general. Los escritores que no aspiren a conquistar el mercado, ni siquiera a ser publicados, podrán mantenerse fieles a sí mismos a la hora de escribir, atender solo a criterios propios; pero aquellos otros que aspiren a ocupar un puesto destacado en las librerías, es muy probable que en algún momento de su carrera literaria se cuestionen si aquello que a ellos les gusta escribir coincide con los gustos y demandas del mercado. Si es así, estarán de suerte; pero si no lo es, tal vez se vean “obligados” a venderse en parte si no quieren verse fuera del tablero de juego.

P.- Hoy se publica un gran numero de libros, ¿qué mecanismos utiliza para llamar la atención del lector?
R.- Fundamentalmente las redes sociales y la blogosfera literaria. Los medios de comunicación (prensa, radio, televisión) y otras formas de promoción y publicidad solo están al alcance de las grandes editoriales, ni siquiera las pequeñas cuentan con recursos económicos suficientes para hacer uso de ellos. Afortunadamente, Facebook, Twiter, blogs y webs literarias, o plataformas de lectura como Lecturalia o Goodreads, por ejemplo, donde se comparten opiniones y reseñas de libros leídos permiten fomentar el boca-oreja entre los asiduos a la red. A parte de todo esto, las presentaciones de libros son otro recurso que utilizo cuando se publican.

P.- ¿Qué opina de los parecidos que el lector pueda encontrar entre su obra y Cincuenta sombras de Grey?
R.- Para ser franca, si el lector encontrara parecidos entre mi novela y Cincuenta sombras de Grey me sentiría decepcionada, con mis máximos respetos a la autora de Cincuenta sombras y a sus lectores.
Cuando pensé en escribir ¿A qué llamas tú amor?, una de mis mayores pretensiones fue precisamente la de huir de Cincuenta sombras y de cuantas han proliferado (escritas en la misma línea) desde su publicación. Quise que mi novela contara con una historia de fondo con el suficiente peso y entidad propia como para que pudiera resultar interesante leerla aun suprimiendo o aligerando las escenas de sexo, cosa que no ocurre en las novelas del tipo de Cincuenta sombras, en las que de suprimir la escenografía erótica nos quedaríamos sin novela. Yo me propuse que fueran las escenas de sexo las que estuvieran a merced de la historia, pero nunca al revés. Aun siendo escenas de sexo explícito y muy detallado, acordes a la catalogación y al objetivo principal de la literatura erótica, me propuse que tales escenas enriquecieran también la trama aportando información que ayudara a entender la evolución de la protagonista y sus conflictos morales y personales tan habituales y cotidianos, pero que no constituyeran el núcleo fundamental de la novela.  Por otro lado, considero que Jana, la protagonista de ¿A qué llamas tú amor? tiene más personalidad y es bastante más compleja –psicológicamente hablando- que Anastasia Steel. Pero será el lector el que tenga la última palabra de hasta qué punto he conseguido lo que quería, por supuesto.

P.- ¿Piensa que el conflicto de la protagonista es algo habitual hoy en día? ¿Cambiaría la historia si un hombre estuviera en la misma situación de Jana?
R.- Creo que sí, que es bastante más habitual de lo que pensamos, aunque no siempre nos permitimos confesarlo abiertamente. De hecho, estoy convencida de que muchas lectoras se van a sentir identificadas con los sentimientos y emociones de Jana a lo largo de la historia, y también con sus reflexiones. Y creo que a los hombres les puede ocurrir igual con respecto a Julio, el marido de Jana. Como se dice en la novela, cada miembro de la pareja puede evolucionar a lo largo de los años de manera diferente y esto produce un distanciamiento que puede ser difícil de salvar, si es que somos conscientes de ello en algún momento como para intentar poner remedio, lo que nos lleva a un estado de frustración personal con respecto al otro y al amor que sentimos y compartimos que nos puede incitar a buscar fuera lo que ya no encontramos dentro de casa.
La segunda pregunta es compleja de responder. Hombres y mujeres no somos iguales a nivel biológico, psicológico ni emocional, reaccionamos y afrontamos las cosas de manera diferente, aunque el resultado sea igual de eficaz, y tampoco interpretamos, sentimos o manifestamos el amor de igual forma, ni siquiera planteamos el mismo tipo de exigencias o necesidades en el seno de la pareja. Atendiendo a ello, puede que sí, que la historia cambiara de haber sido Julio, por ejemplo, quien se encontrara en la situación de Jana, tal vez porque este no habría interpretado las señales de amor y desamor de la misma manera, o porque las necesidades de ella no fueran las de él. De cualquier forma, y por la misma razón, podría ser probable que aspectos que para Jana resultaran intrascendentes, sí fueran para Julio lo suficientemente importantes como para desencadenar una situación parecida.

P.- ¿Qué conexiones establecen los personajes entre el amor y el sexo?
R.- Muy distinta. En la novela he querido plasmar la realidad social respecto a esa cuestión, la diversidad que existe a la hora de interpretar en qué medida amor y sexo han de ir unidos o pueden desligarse. Hay quienes no conciben el sexo sin amor y quienes lo consideran como un placer que no tiene por qué ir necesariamente unido a un sentimiento profundo hacia la persona con la que mantienen una relación sexual, ya sea puntual o continuada. En la novela, junto a Jana, aparecen personajes como Hugo, Mayca, Lucía o Miguel y todos ellos mantienen una postura distinta con respecto al tipo de relación de pareja que tienen o buscan y establecen conexiones distintas entre ambas cosas.

P.- ¿Considera que las escritoras de hoy tienen las mismas oportunidades que los escritores?
R.- Me gustaría pensar que sí, pero creo que aún falta un poco para conseguir que se nos catalogue por igual, que se elimine ese prejuicio que tiende a calificar al escritor como creador de un tipo de literatura más serio y de mejor calidad que la de las escrituras, más asociadas con ciertos géneros literarios (alguno de ellos un tanto menospreciado) y con un tipo de público lector más específico. Y mientras ese prejuicio exista entre quienes consumen literatura, que son quienes compran, las oportunidades a la hora de publicar o de ver difundida su obra no serán las mismas.
 
P.- ¿Qué es lo próximo que tiene pensado escribir?
R.- Tengo trazada y organizada toda la trama de una novela de Ficción contemporánea, personajes y escenarios incluidos, más parecida a Los colores de una vida gris en cuanto a su estructura que a ¿A qué llamas tú amor? Pero no descarto que mientras llega el momento de sentarme ante el ordenador, pueda surgir alguna otra idea atractiva que me haga desarrollar otra trama diferente, cambiando así el orden de preferencia a la hora de escribirlas. Me dejo llevar por lo que me apetece en cada momento, disfrutar al máximo de esta aventura es mi mayor prioridad. 

(Fátima Bouighejd Ruiz, Sara Navarrete Guijo y Gregory Duque Muñoz)

1 comentario:

Pilar Muñoz dijo...

Ha sido un placer contestar a la entrevista. Quiero felicitaros por lo interesante de las preguntas y daros las gracias por darme la oportunidad de expresarme y exponer mi opinión.
Un saludo y hasta siempre!!