Aunque se cumplen sesenta años de la muerte de Enrique Jardiel Poncela sigue siendo un referente imprescindible del teatro. En nuestros días se siguen representando sus obras y goza de un merecido reconocimiento.
Fue un escritor redomado hasta el final de sus días, un gran trabajador, disciplinado, firme y quizás obsesivo. Nunca perdió su orgullo renovador y creador a pesar de su agotamiento.
Jardiel Poncela nació en Madrid el 15 de octubre de 1901 y a los cuatro años comienza sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza. En 1912 se traslada a las Escuelas Pías de San Antón para cursar el bachillerato. Años mas tarde la familia se muda de vivienda y allí conocerán a Manuel Machado. Puesto que provenían de una familia culta tenían en casa muchos libros y sus primeras lecturas fueron heterogéneas y quizás inadecuadas para su edad. Esto avivó su vocación y le enriqueció como futuro escritor. La muerte de su madre en 1917 lo marcó para siempre y ese mismo año ingresó en el Instituto de San Isidro para estudiar el preparatorio de Filosofía y Letras.
Aunque es conocido como autor teatral firmó también importantes novelas, cuentos, ensayos, guiones cinematográficos e incluso poemas. De 1919 es el estreno en Bilbao de su primera obra teatral titulada El príncipe Raudhick. En esta época empieza a publicar sus novelas cortas como La victoria de Samotracia y La dama rubia. En 1922 comienza a publicar en Buen Humor, revista fundamental para entender el humor de la época. Un año más tarde se estrena en México la comedia entre actos Mi prima Dolly. Sigue publicando novelas cortas y se suceden numerosos estrenos: La hoguera o La noche del metro.
En 1931 conoce a Carmen Sánchez Labajos quién será su compañera hasta el fin de sus días. Sigue estrenando comedias de cierto éxito como Angelina. Fue detenido en la Guerra Civil acusado de esconder en su casa a un republicano, que fue liberado poco después.
En 1937 publica en Barcelona el libro de aforismos Máxima mínimas. La ópera Carlo Monte en Monte Carlo y la falsa Un marido de ida y vuelta se estrena en 1919. Continúa el éxito con Las siete vidas del gato en 1943.
En 1944 inicia una gira por Hispanoamérica con su propia compañía teatral que, por motivos políticos, fracasa estrepitosamente. Este hecho unido a la muerte de su padre sumerge al autor en una crisis depresiva.
En 1946 siguieron los estrenos con obras como El sexo débil ha hecho gimnasia, con la que obtuvo el Premio Nacional de Teatro.
La enfermedad y el ánimo no le permiten seguir viviendo. Fallece el 18 de febrero de 1952 en su casa de Madrid.
Su labor para el cine fue muy destacable en su tarea como guionista. Inició con obras de otros autores como la de Es mi nombre de Carlos Arniches. Se fue a América donde escribió Wild Girl o Six Hours to Live. Cuando regresa realiza los estudios cinematográficos Billancourt de París una serie de su invención que consiste en incorporar diálogos y efectos a seis cortometrajes mudos. En 1938 rueda en San Sebastián los Celuloides cómicos, una serie de cuatro cortos. Posteriormente, comienza el rodaje de la película Mauricio, o una víctima del vicio, donde desarrolla sus técnicas de cortometraje. Su último guion es El amor es un microbio.
(Luis Alberto Tena y Elena González)
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