miércoles, 11 de abril de 2012
ENTREVISTA A FRANCISCO ANTONIO CARRASCO
Francisco Antonio Carrasco nació en Belalcázar en 1958. Es Licenciado en Ciencias de la Información y, en la actualidad, trabaja como jefe de la sección de Cultura del Diario Córdoba.Ha publicado tres libros de cuentos: El silencio insoportable del viajero y otros silencios, La maldición de Madame Bovary y Taxidermia, con la que ha ganado el premio Solienses.
Os dejamos la entrevista que le hemos realizado.
¿Con cuántos años empezó a escribir?
--Siempre es difícil precisar cuándo uno empezó a escribir. Digamos que en la adolescencia empecé a escribir poemas con un cierto valor y luego en la facultad empecé a escribir cuentos.
¿Desde sus inicios ha recibido apoyo por parte de su entorno para escribir?
--Sí, lo que pasa es que a veces le robas mucho tiempo a la familia y te tienen que decir “bueno, ya está bien, que nosotros también existimos”. Hay que saber compaginar la vida literaria y familiar. Y eso es difícil.
¿Cuánto tiempo le ha dedicado a su obra, Taxidermia? ¿Cómo compagina su trabajo en el Córdoba con la escritura?
--Si digo cuatro o cinco años no miento, porque eso es lo que he tardado. Pero en la realidad son ratos libres de cuatro o cinco años, porque en los días de trabajo no puedo escribir nada: el periodismo es demasiado absorbente. Escribo en vacaciones y días libres.
Sabemos que Taxidermia es un conjunto de relatos y que usted domina el género. ¿Podría decirnos algunas de las claves sobre las que crea sus relatos?
--Muchísimas gracias por decir que domino el género. Yo lo que sí puedo decir es que mi trabajo me lo tomo muy en serio e intento hacerlo lo mejor posible. Ahora bien, cada cuento tiene su propia estructura. Yo, cuando tengo una idea, lo que hago es buscar el mejor punto de vista para contarla, el que la haga más original y creíble. Luego hay que tener un buen principio –que generalmente surge solo--, una estructura equilibrada, un ritmo narrativo creciente, un estilo fluido y preciso y un final digno para todo ese trabajo, que ha de ser releído cuanto sea preciso y cuidado al máximo. Si este final, además de creíble, resulta sorprendente, nos podemos sentir muy contentos.
¿En que se basa o se inspira usted para escribir?
--En la realidad, por supuesto. La realidad resulta a veces más increíble que la mejor literatura. Ahora bien: la realidad suele ser muy dura. Hay que trabajarla y recrearla. A veces, despojándola de tantos elementos que la dejas irreconocible. Otras, dotándola de elementos fantásticos que la transforman totalmente.
¿Qué sensación experimentó al saber que le habían otorgado el premio Solienses?
--Sentí una gran alegría, fundamentalmente porque pensé que no me lo iban a dar. Tened en cuenta que mi propuesta es novedosa, a veces demasiado atrevida y se habla poco de Los Pedroches. Además, tenía enfrente a tres grandes escritores. Pero al final el jurado valoró mi apuesta literaria. Estoy muy contento.
Sabemos que todos sus libros están dedicados a familiares ¿Qué importancia tiene para usted la opinión que su obra les merezca a ellos?
--Es que tengo que congraciarme con ellos después de robarles su tiempo… bueno, es broma, pero evidentemente para mí su apoyo es muy importante. Si no les gustara lo que hago ni me apoyaran, tendría que separarme de ellos o dejar de escribir, lo que sería muy traumático en ambos casos. Y además así me obligo a seguir escribiendo. Fijaos, mi hija me está reclamando ya un libro. Y luego está mi hijo. En fin, si quiero seguir escribiendo siempre habrá alguien a quien dedicárselos.
¿Qué proyectos tiene usted para el futuro?
--Tengo muy definidos en la cabeza –y anotado algo en mi libreta de apuntes— un libro de cuentos, quizá lo primero, y un par de novelas. Ahora lo que me falta es tiempo para escribirlos.
¿Cuáles son sus autores preferidos? ¿Con cual de ellos se siente usted identificado? Si nosotros quisiéramos escribir cuentos, ¿qué autores españoles y extranjeros nos recomendaría leer usted?
--Bueno, antes de escribir hay que leer mucho. Con el Decamerón, de Giovanni Boccaccio, os divertiréis una barbaridad. ¡Y tiene más de seiscientos años! Luego, los grandes autores del siglo XIX: Poe, Maupassant y Chejov. Tras ellos, Kafka, Horacio Quiroga, Borges, Cortázar, Rulfo… Y un español que ha hecho mucho por el género: José María Merino. Hay muchísimos más que os irán surgiendo conforme avancéis en vuestras lecturas.
¿Abandonaría su trabajo actual para dedicarse enteramente a la escritura?
--Os podría decir que sí, y me gustaría, pero eso es muy difícil. Vivir del cuento, como de la poesía, es prácticamente imposible en España. Y más en esta época de crisis. Quizá si me tocara la lotería… Pero eso es otra historia. Y esto es una entrevista, no un cuento.
(Alicia López, José María López y Alba Rodríguez)
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