jueves, 8 de mayo de 2014

Anoche cuando dormía



Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes a mí,
manantial de nueva vida
de donde nunca bebí?

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.

Anoche cuando dormía,
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.


He escogido este poema porque, con él, Antonio Machado nos transmite la idea de que aunque sea mediante los sueños, todos podemos alcanzar nuestras metas, incluso sin ser reales. Como el refrán dice: de ilusiones también se vive; ya que esto puede ser clave para seguir con ánimo día tras día y no dejarlo todo por no creernos capaces de alcanzarlas.

( Rocío Santos) 
                                                                

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