P.- El poemario tiene un título impactante, ¿cómo se le
ocurrió este y qué le inspiró a la hora de escribirlo?
R.- Me gusta jugar con el lenguaje, retorcerlo, sacarle
punta. El título lo tomé de uno de los poemas que contiene el poemario. Me
gustó la fuerza del término, breve, contundente e inspirador. Y el poemario no
parte de una idea previa, se trata de una colección de poemas sueltos
organizados, creo, con fortuna.
P.- ¿Cuál es el tema central de este nuevo libro?
Relacionado con él, ¿qué otros temas destacaría?
R.- El amor está presente a lo largo de todo el poemario, en
sus múltiples vertientes: amor, sensualidad, desengaño, amistad, nostalgia,
etc. A él se unen la preocupación por el paso del tiempo, el insomnio, el
escepticismo, el humor como terapia a los tragos amargos de la existencia
humana, un poco de cinismo, la relectura de tópicos de nuestra cultura desde
una perspectiva actual. Los temas son muchos, pero el amor es protagonista,
sobre todo conforme avance la lectura.
P.- Sin duda, este contenido tiene bastante de filosófico,
¿cómo combina la poesía y la filosofía? ¿Cree que es una obra de difícil
comprensión?
R.- La filosofía puede ser poética, y la poesía, filosófica.
En cuanto a la dificultad, algunos poemas son más crípticos o requieren de
ciertos conocimientos culturales para una mejor comprensión, pero en líneas
generales no me parece un poemario oscuro en ese sentido. Predominan los poemas
breves e inmediatos. En buena medida, el poemario es una colección de imágenes de
fácil interpretación.
P.- ¿Qué aporta Amorexia
con respecto a Cuando Herodes la tierra?
R.- Amorexia me
parece un poemario más acabado, más cuidado, y con una calidad más homogénea en
sus poemas. Es una obra más madura, que profundiza en algunos de los temas
tratados en el libro anterior. En lo formal creo que los poemas siguen la misma
línea, no he cambiado de estilo. Quizá haya madurado más, pero el propio
escritor no es el más indicado para decir eso porque su visión sobre lo que ha
escrito es muy personal, no se tiene la suficiente distancia con la obra.
P.- ¿A qué se refiere cuando afirma que “Amorexia se escribe en el desvelo de
nuestros sueños”?
R.- Amorexia es fruto de la fusión de ‘amor’ y ‘anorexia’.
El amor tiene una connotación positiva, la anorexia, negativa. El amor se nos
manifiesta como deseo, entendemos que bueno; mientras tanto, la anorexia es un
problema, una disfunción, así como el desvelo es la ausencia de sueño, un
estado carencial. Amorexia sería un anhelo de amor desde la carencia, como el
no cumplirse nuestros sueños es un desvelo.
P.- ¿Qué características debe tener para usted un buen
poemario?
R.- Que le llegue al lector, que le emocione, que le
inquiete, que le muestre pequeñas verdades arrancadas a la vida. Y que el
lenguaje se muestre a través de él en plenitud de facultades.
P.- ¿Cómo empezó usted a escribir? ¿Qué escritores le
motivaron para empezar a escribir?
R.- Empecé a escribir casi por accidente. Fui como
representante de mi colegio a unos encuentros comarcales sobre poesía y allí me
felicitaron por los poemas que había escrito para la ocasión. Pensé que aquello
podría tener algún futuro. Después empecé a escribir poesía. Entre las primeras
lecturas estuvieron Neruda y Bécquer. No siempre entendía bien lo que leía,
pero seguía leyendo, me iba empapando poco a poco de la magia del lenguaje a
través de diferentes voces.
P.- Usted también cultiva la poesía visual, ¿se siente más
cómodo con las palabras o con las imágenes?
R.- Para mí son bastante intercambiables y complementarias.
En mi poesía discursiva predominan mucho las imágenes visuales, de ahí derivé
casi de forma natural hacia la poesía visual. Y ésta no me ha hecho abandonar a
aquélla. Son dos formas de expresión que no se excluyen y que a la hora de
producir voy alternando. Además, muchos poemas visuales contienen texto, sin el
cual no tendrían sentido.
P.- ¿Qué recuerda de sus años como profesor en el IES
Antonio María Calero? ¿Qué relación guarda los Pedroches con este libro?
R.- Fue donde comencé a trabajar como profesor. Y fue un
buen comienzo. Estaba allí a gusto e hice buenas amistades. Conforme se van
acumulando los años de docencia, los primeros son los que más y mejor se
recuerdan. Amorexia, como libro
comenzó allí. Allí empecé la organización del poemario, de sus partes, y muchos
de los poemas tuvieron su nacimiento allí también. Después ha habido numerosas
revisiones y ampliaciones del poemario hasta su forma definitiva, pero es allí
donde se gestó.
P.- ¿Tiene usted algún nuevo proyecto literario?
R.- En unos meses verá la luz mi primer poemario de poesía
visual. Ahora mismo estoy trabajando en su organización interna. Sobre la
poesía discursiva, sigo escribiendo, pero como el ejercicio creativo es
caprichoso y uno siempre anda metido en otras muchas cosas, pasará algún tiempo
antes de que haya nuevo poemario, que lo habrá.
(Manuel Conde y Javier Moyano)
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