Antonio Praena presentó el pasado 20 de enero su nuevo poemario
Yo he querido ser grúa muchas veces, dentro del ciclo Letras Capitales, con el que ha ganado el XXVI Premio Tifos de Poesía. Con esta obra el autor ha querido transmitir “esperanza y alegría de vivir” y lo ha hecho mediante el procedimiento de la búsqueda de “la belleza que está escondida en las cosas cotidianas y humildes” que nos rodean diariamente.
El acto se celebró en la Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte, y contó con la presencia de la delegada Manuela Gómez y del gran poeta cordobés Pablo García Baena, quien define al autor como un poeta “interesante y distinto, en un tiempo en el que las voces se confunden”.
En cuanto a la poesía de Praena, García Baena la describe como “intensamente humana”, aunque al poeta le guíe “un afán de elevación, un esfuerzo de superación desde lo humano, sin que se pueda considerar un libro de poesía religiosa”. Por eso, en el poemario aparecen noches de juerga, strippers o la música de Sigur Rós.
Praena definió su poemario como “muy aéreo”. Ha utilizado todo lo alado, aviones incluidos, hasta en la división de las partes, incluyendo un poema dedicado a los pájaros de Scala Coeli de Córdoba.
En sus versos, pretende moverse “entre lo clásico y lo moderno”. Así, la grúa es un elemento “cotidiano, urbano, que une el cielo y la tierra, un elemento con vistas sobre la ciudad en el que se posan los pájaros”.
Antonio Praena nació en Purullena, Granada en 1973. Ha publicado varios libros como
Humo verde, con el que ha conseguido el Accésit Premio de Poesía Iberoamericana Víctor Jara en 2003;
Poemas para mi hermana ganador del Accésit Premio Adonáis en 2006;
Actos de amor, Premio Nacional de Poesía “José Hierro” en 2011 y el ya citado
Yo he querido ser grúa muchas veces.
Es colaborador en varias revistas literarias y de filosofía y de teología, ha sido también incluido en varias antologías de poesía contemporánea. Es profesor de Teología en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia desde 2001, en ella complementa su docencia académica con seminarios de cine, cultura y poesía contemporáneos. También ha coordinado el volumen
Cristianismo y poesía. Ha sido seleccionado en algunas antología poéticas, como
12 voces al sur.
GRÚAS
Me conmueven las grúas en invierno.
Parecen estar vivas y cumplir
su vértigo llenándose de grajos
que bordan en su acero un pentagrama.
La esencia de las grúas son las aves
de paso. Las cruces de este siglo,
donde todo se mueve, son las grúas:
inmóviles, calladas, imposibles.
Yo he querido ser grúa muchas veces,
recibir la nevada antes que el mundo,
los pájaros, los rayos matutinos…
y ser desmantelado cuando acabe
la obra en la que elevo humilde carga.
Las grúas son amigas de los pájaros.
Que vengan y se posen en mis hombros
mientras huyen de frío es mi deseo.
Que canten para mí, ser para ellos
el árbol más sencillo, pues apenas
un eje vertical y un brazo abierto
conforman mi estructura permanente.
(Vendrá la muerte a dar vida a este sueño
haciéndome también ave de paso).
Y, mientras, ser tan solo un trasto útil
entre el cielo y la tierra. Algo invisible
a los ojos de todos pero nunca
al ojo diferente de los grajos.
(Inmaculada Márquez Torres y María Jesús Parra Ortega)
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