El 28 de marzo de 2015 se
celebra el V Centenario del nacimiento de Teresa de Cepeda y Ahumada, o simplemente Santa Teresa de Jesús, Con
motivo de este acontecimiento, Acción Cultural Española participa en varios
proyectos expositivos y culturales, en los que, además de episodios de su vida,
se analiza obra literaria y su influencia en escritores y artistas posteriores.
Santa Teresa de Jesús nace en Ávila el 28 de Marzo de 1515, en la casa señorial
de Don Alonso Sánchez de Cepeda y Doña Beatriz Dávila de Ahumada. Eran diez los
hermanos de Teresa y dos los hermanastros, pues su padre tuvo dos hijos en un
matrimonio anterior.
Desde muy pequeña manifestó
interés por las vidas de los santos y las gestas de caballería. A los 6
años llegó a iniciar una fuga con su hermano Rodrigo para convertirse en
mártir en tierras ocupadas por los musulmanes, pero fue frustrada esta huida por
su tío, quien los descubrió y los trajo de vuelta a casa. Tras ver que su idea
era irrealizable, ella y su hermano acordaron convertirse en ermitaños.
Tras cumplir los 12 años, sin
embargo, su piedad empezó a enfriarse y poco a poco cambió los juegos de santidad
por los libros de caballería. Comenzó también a cultivar su encanto femenino y
a pensar en casarse con alguno de sus primos. De hecho, en más de una ocasión
burló la vigilancia a la que su padre la había sometido, propiciando encuentros
furtivos. Don Alonso, que buscaba un pretexto para apartarla de aquellos
devaneos, tras morir su esposa y casarse la mayor de sus hijas, confió a Teresa
a las monjas agustinas de Santa María de Gracia para que a sus 16 años no
quedara sola en casa como única hija.
Muy pronto se renovó su
entusiasmo religioso, de modo que inmediatamente quiso tomar los hábitos en el
convento carmelita de La
Encarnación , donde se encontraba su amiga Juana Suárez. Pero
su padre no accedió. Como en tantas otras ocasiones, Teresa acabaría imponiendo
su voluntad de manera arriesgada; en la madrugada del 2 de noviembre de 1535
huyó de su casa, se refugió en el convento y, desde allí, escribió una
conmovedora carta a su padre, quien no tuvo más remedio que otorgar su
licencia. Se le asignó una espléndida dote y una celda propia. Al año siguiente,
tomó el hábito de carmelita.
Tras su ingreso en el
convento, empezó a padecer serios problemas de salud.
Sobre 1539 Teresa recuperó la
salud, según la tradición gracias a San José.
Poco después, Teresa abandonó
la oración. Según su testimonió esto fue debido a una aparición de Jesucristo.
El padre de Teresa falleció
en 1541. El sacerdote que lo había asistido en sus últimos momentos, el
dominico Vicente Barón, se encargó de dirigir la conciencia de Teresa
rememorando las últimas palabras del padre de ésta. Posteriormente,
impresionada por estas palabras, Teresa cambió su conducta y estuvo dispuesta a
corregir sus faltas. Al cabo del tiempo se confortó con la lectura de las Confesiones,
de San Agustín.
Como escritora, Teresa de
Jesús destacó como poeta. Cultivó la poesía lírico-religiosa; de hecho es,
junto a San Juan de la Cruz ,
la principal representante de la poesía mística de nuestra literatura. Llevada
de su entusiasmo, se sujetó menos que cuantos cultivaron dicho género a la
imitación de los libros sagrados, siendo, por tanto, más original. Sus versos
son fáciles, de estilo ardiente y apasionado, como nacido del amor ideal en que
se abrasaba Teresa, amor que era en ella fuente inagotable de poesía.
En prosa también escribió
obras de gran importancia. Las obras místicas de carácter didáctico más
importantes de cuantas escribió se titulan: Camino
de perfección (1562–1564), Conceptos del amor de Dios y El
castillo interior. Además de estas tres, pertenecen a dicho género las
tituladas: Vida de Santa Teresa de Jesús (1562–1565), escrita
por ella misma y cuyos originales se encuentran en la biblioteca del Monasterio
de San Lorenzo del Escorial; Libro de las relaciones; Libro
de las fundaciones (1573–1582); Libro de las constituciones (1563);
Avisos de Santa Teresa; Modo de visitar los conventos de
religiosas; Exclamaciones del alma a su Dios; Meditaciones
sobre los cantares; Visita de descalzas; Avisos; Ordenanzas
de una cofradía; Apuntaciones; Desafío espiritual y Vejamen.
También escribió poesía,
escritos breves y escritos sueltos, sin considerar una serie de obras que se le
atribuyen. Teresa escribió también 409 cartas, publicadas en distintos
epistolarios. Sus escritos se han traducido
a varios idiomas y el nombre de Santa Teresa de Jesús figura en el Catálogo de
autoridades de la lengua publicado por la Real Academia Española.
Celebrar el Quinto Centenario
de su nacimiento es la ocasión perfecta para acercarse a la obra de una gran
escritora y una forma de descubrir que aún es posible un mundo más justo y
mucho más humano.
(Manuel Conde y Javier Moyano)
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