Miguel
Agudo Orozco (Tarragona, 1976)
acaba de publicar su segundo poemario Amorexia,
en la editorial sevillana La Isla
de Siltólá. Agudo se licenció en 1999 en Filosofía por la Universidad de
Sevilla. Allí conoció a otros jóvenes creadores, asistió a un taller de poesía,
empezó a publicar poemas en varias revistas, fundó el grupo poético Azúltimo
y descubrió la poesía visual.
Entre 1999 y 2001 asistió a
cursos de doctorado en Humanidades por la Universidad Pompeu
Fabra de Barcelona. Ese año retornó a Andalucía y amplió su formación en
informática y diseño. Desde entonces ha trabajado como cartelista e informático
y ha impartido charlas sobre poesía visual y pensamiento crítico en varios
institutos de Andalucía. Desde 2008 es profesor de Filosofía de Enseñanza
Secundaria en Andalucía y ha dado clases durante dos cursos en el IES Antonio
Mª Calero de Pozoblanco -entre los años 2008 y 2010-.
Ha publicado el libro Cuando
Herodes la tierra, accésit del I
Premio de la Fundación ECOEM
en 2008 (La Isla
de Siltolá, 2009, Sevilla) y aparece en la antología Poesía para niños
de 4 a 120 años (La Isla
de Siltolá. Sevilla, 2010). Como poeta experimental, su obra ha sido incluida
en dos antologías nacionales de poesía visual, en la revista Nayagua y
en la revista Baeza-Úbeda Actualidad, de la que fue colaborador.
También ha participado en numerosas exposiciones, tanto colectivas como
individuales, entre las que destacan: Silencio (Colegio
Oficial de Arquitectos de Almería, 2006), Agudezas (La Carbonería , Sevilla.
2006), Ver la poesía (Cosmopoética 2008, Córdoba), II y III
bienales de arte contemporáneo de Fundación ONCE (Madrid, 2008 y 2010), La
sinergia visual-poética entre Serbia y España (Instituto Cervantes de
Belgrado –Serbia-, 2011) y 9x9x9.
Manifest Poètic Visual. Sinergias Interculturals Catalunya-Sèrbia (Centro
de Lectura de Reus –Tarragona-, 2012).
Dice Miguel Agudo que
los sueños son la recompensa de los hechos reales basados en poemas. La poesía
es la fuente de la realidad, quien consigue beber de ella tendrá la recompensa
de poder soñar.
Este último libro, Amorexia, está escrito, según el propio
autor, en el desvelo de nuestros sueños. Amorexia
es poesía escrita con imágenes cargadas
de mucha fuerza, tanto o más que su poesía visual, hecha con la misma inteligencia
y capacidad de desmantelar convencionalismos estéticos y demás cuadraturas estéticas.
Así, el poeta crea e inventa palabras, juega con el lenguaje y, a través de
nuevas formas gramaticales, arrasa con un poderío formal extraordinario.
Miguel Agudo estructura su
poemario en cinco partes y en ellas habla con soltura de la realidad y del
sueño, del tiempo poético, del espacio metafísico, de la nada canónica y del
todo amoroso.
El poemario comienza en el
instante en que el sueño obligado nos invade y, a partir de ahí, llega la
incertidumbre, pidiendo cobijo, mientras el péndulo del tiempo dormido adquiere,
en ese instante, la consciencia de un disparo certero que acaba con todas las
certezas. A partir de ese momento ya todo es posible.
En el fondo y en la forma,
Miguel Agudo manifiesta su obsesión por el paso del tiempo, por la llegada de
ese día menos pensado, que finalmente, cuando llegue, ya será ayer.
En esta obra, la voz y el
silencio, la conjugación y la congoja, la poesía, en definitiva, es palabra
sedienta en la que habita un fingimiento de explicación, tan hermoso, tan
atinado, tan preciso, tan fascinante, que a los insomnes les basta para cerrar
los ojos y soñar.
(Javier Moyano y Manuel Conde)
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