P.- ¿Cómo fueron sus inicios
en la escritura? ¿Cuándo decidió escribir y por qué?
R.-Comencé a escribir siendo
adolescente, con dieciséis o diecisiete años. Me gustaba leer y, de ahí, a la
escritura, hay solo un paso: un día, coges un papel en blanco y comienzas a
crear tus propias historias, tus propios personajes.
P.- ¿En qué se inspira usted
para escribir? ¿Cómo influye en su obra el lugar donde ha nacido?
R.-En cualquier cosa curiosa
que sucede a mi alrededor: una noticia de prensa, una conversación, una persona
que se cruza por la calle, una anécdota divertida que ocurre en un bar o en un
supermercado… Cualquier situación puede ser el inicio de una buena o mala
historia.
Los Pedroches, mi tierra, es,
en mi obra, un espacio presente de una u otra forma: queda reflejado a través
de personajes, de lugares, de costumbres…
P.-Ha publicado usted una
novela policiaca, una obra de teatro y este libro de cuentos, ¿en qué genero se
siente usted más cómodo?
R.-Me gusta mucho contar
historias y, sobre todo, hacer hablar a los personajes, algo que comparten
tanto el texto teatral como el género narrativo.
P.- ¿Cree usted que existe
alguna presión del lector sobre el escritor?
¿Escribe para un determinado grupo de lectores?
R.-Creo que se escribe siempre
para unos hipotéticos lectores a los que se destina la obra. Luego, si el
escritor tiene éxito y consigue lectores fieles, suele sentirse en deuda con
ellos porque debe corresponder a la expectación que ha creado. Esto suele
producir también un “miedo al fracaso”, que ha atenazado a creadores brillantes.
La historia de la Literatura nos ofrece sobrados ejemplos de ello.
P.- ¿Podría contarnos
brevemente de qué trata este libro? ¿Qué es lo que más destacaría de él?
R.-Es un libro de relatos policíacos
que tiene como protagonista a Julia, una inspectora de policía que, por
avatares del destino, vive en la residencia del CAMF de Pozoblanco. Allí se
dedica a resolver pequeños misterios que ocurren a su alrededor: el robo de una
joya, el envenenamiento de un perro, la desaparición de un manuscrito…
Destacaría de él su sencillez
y el deseo de crear lectores, de acercar el género policíaco a personas que no
están familiarizadas con él. Pero, sobre todo, el deseo de entretener, de que
el lector pase un rato entretenido.
P.- ¿Qué hay de usted en los
protagonistas de sus obras?
R.-Conscientemente, nada; sin
embargo, no hay duda de que el escritor traslada sus anhelos, sus temores, sus
defectos, sus virtudes… a los personajes que crea.
P.- Muchas veces el lector desconoce
el trabajo que hay detrás de un libro, ¿podría comentarnos cuanto tiempo dedica
usted a escribir al día? ¿Y cuanto le ha llevado escribir este último libro?
R.-Procuro escribir un rato
todos los días porque pienso que, sobre todo una novela, necesita constancia y
tesón. Si se escribe a rachas, se pierde el rumbo de la historia. No recuerdo
cuánto tardé en escribir los relatos, pero en torno a seis meses.
P.-Si tuviese usted que
elegir uno de sus libros publicados, ¿con cuál se quedaría? ¿Por qué?
R.-Quizás Un revólver en la maleta, porque fue la
primera vez que me enfrenté al reto de escribir una novela.
P.-¿Tiene usted algún
proyecto nuevo? ¿Podría hablarnos de él?
R.-Siempre estoy embarcado en
algo. Mientras me asalte la inspiración y me resulte placentero escribir,
seguiré haciéndolo. Hace poco terminé una novela y ahora me encuentro
escribiendo otra.
P.-¿Hay alguna pregunta que
le hubiera gustado que le hiciéramos y no le hemos hecho? ¿Cuál?
R.-No la hay. La entrevista
es muy completa. Solo me queda dar las gracias.
(Javier Moyano y Manuel Conde)
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